Entre la Belleza y la Paradoja
En esta reinterpretación contemporánea de Las señoritas de Avignon, el artista nos enfrenta a una paradoja visual que oscila entre la genialidad y lo grotesco. Si Picasso deconstruyó la figura femenina con el cubismo, aquí el autor la reconstruye con una perfección casi quirúrgica, devolviéndonos cuerpos redondeados y voluptuosos, pero con una frialdad inquietante.

Las protagonistas de la escena, atrapadas en poses estudiadas y seductoras, parecen más cercanas a la estética de la industria del deseo que a la espontaneidad de la carne viva. Su artificialidad no es casualidad, sino un comentario mordaz sobre los cánones de belleza contemporáneos: cuerpos que imitan la sensualidad pero carecen de humanidad. La carne ha sido modelada como porcelana, exaltando la forma a costa del alma.

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